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viernes, 20 de mayo de 2011

Lecturas sobre África

Mujeres en África: Educación y poder.

No es frecuente destacar el importante aporte de las mujeres africanas en las "altas" esferas de la estructura de las sociedades y, menos aún, explicitar su existencia, presencia y potencia en la educación superior con todas sus derivaciones y consecuencias actuales y futuras. De ahí la importancia especial de este libro y de las informaciones, reflexiones y propuestas hechas por mujeres universitarias africanas que se han unido para afirmar con fuerza su postura llena de preguntas y cuestiones abiertas lanzadas a todos los vientos que soplaron en la historia reciente y que actualmente deberían remover y romper el sinfín de estereotipos y tópicos que llenan determinados discursos. Defender como un principio absoluto que el cambio de África hacia su Futuro nuevo vendrá de manos de sus mujeres organizadas y consolidadas en las nuevas estructuras del Poder cultural, económico y, sobre todo, político, ético y jurídico, no conlleva ninguna profecía vacía sino la evidencia de que ellas son las únicas protagonistas capaces de tanta y tan profunda subversión.


Mitos y realidades de África Subsahariana.

No es frecuente destacar el importante aporte de las mujeres africanas en las "altas" esferas de la estructura de las sociedades y, menos aún, explicitar su existencia, presencia y potencia en la educación superior con todas sus derivaciones y consecuencias actuales y futuras. De ahí la importancia especial de este libro y de las informaciones, reflexiones y propuestas hechas por mujeres universitarias africanas que se han unido para afirmar con fuerza su postura llena de preguntas y cuestiones abiertas lanzadas a todos los vientos que soplaron en la historia reciente y que actualmente deberían remover y romper el sinfín de estereotipos y tópicos que llenan determinados discursos. Defender como un principio absoluto que el cambio de África hacia su Futuro nuevo vendrá de manos de sus mujeres organizadas y consolidadas en las nuevas estructuras del Poder cultural, económico y, sobre todo, político, ético y jurídico, no conlleva ninguna profecía vacía sino la evidencia de que ellas son las únicas protagonistas capaces de tanta y tan profunda subversión.


Asante África: crónica de un encuentro con los pueblos de Sudáfrica, Suazilandia, Tanzania y Kenia.

Témoris Grecko tiene la mirada de un viajero con capacidad de sorpresa y de un igual que busca amistades locales. A veces nos divierte con buen humor y otras nos habla con profundidad periodística. Nos comunica el lado duro de África, ése que conocemos por tantos reportajes de telediario de dos minutos, pero sobre todo, nos presenta con quienes están esforzándose por cambiar su realidad, nos pone en contacto cercano con personas como nosotros que dan ejemplos de valor sin darse cuenta de ello. 'Se desposee de aquella mirada de los viajeros decimonónicos', dijo el escritor Alfredo Conde, en representación del jurado del Premio Eurostars, "se reviste de humildad", se ríe de sí mismo y contempla en un plano de igualdad y de aprendizaje lo que está descubriendo'. Mexicano fuera del agua, el autor se llevó su tequila y sus canciones a la sabana africana pra escapar de elefantes iracundos y de peligrosos cómicos callejeros; conocer las dificultades de Sudáfrica con el Sida y lo que para algunos es un racismo 'invertido'; visitar los dominios del rey playboy Mswati III; perderse en el mundo prehistórico de Ngorongoro y en la gran migración del Serengeti; y descubrir a los Kenyan Cowboys, el mercado sexual de Nairobi y la cultura swahili de la isla de Lamu.


África debe unirse.

África debe unirse es algo más que un libro: el título se ha convertido en una consigna mil veces repetida del panafricanismo posterior a las independencias africanas. La capacidad de evocación y de movilización de apenas tres palabras reside sobre todo en la personalidad del autor del libro y en el momento de la edición. Kwame Nkrumah (1909-1972) fue el primer y carismático presidente de Ghana, a su vez el primer estado completamente subsahariano que alcanzó la independencia tras la Segunda Guerra Mundial (1957). El mismo nombre de Ghana constituía todo un mensaje al hacer referencia al más antiguo imperio negroafricano conocido por los cronistas y situado en el Sahel, en lugar de remitirse al territorio colonial de Costa del Oro. En 1963, el año en que se creaba la Organización para la Unidad Africana, Nkrumah publicaba el libro que mejor resumiría su ideología panafricanista como un llamamiento, casi un ruego al conjunto de nuevos países africanos. Aparentemente, la historia parece certificar el fracaso de tal llamamiento, dada la pervivencia de las fronteras coloniales, pero una mirada más atenta o una escucha más paciente revelan la vitalidad del panafricanismo como motor intelectual de la política africana, como soporte fundamental de la esperanza de un continente.
La publicación de África debe unirse está, pues, muy lejos de una arqueología de las ideas: aun con todos sus particularismos, inevitablemente anclados en un momento histórico concreto, el texto continúa siendo un útil de trabajo en un proceso en construcción. La unidad de un continente no es cosa de un día ni de unas décadas. La ideología panafricanista, nacida en el Caribe, ha sido reapropiada y madurada por diversas generaciones de africanos y sus frutos, imprevisibles para los expertos, están todavía por llegar. Las palabras del propio Nkrumah ante la asamblea fundacional de la OUA continúan siendo ciertas: «Si nosotros conseguimos erigir en África el ejemplo de un continente unido con una política y un objetivo comunes, habremos realizado la mejor contribución posible a esa paz que hoy anhelan todos los hombre y mujeres». Y los africanos lo saben.

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